Recientemente la ASFI publicó los estados financieros del sistema bancario boliviano con corte a septiembre de 2024. Así, con esta nueva información en esta entrada se revisarán algunas cifras de la banca boliviana.
El énfasis principal son las cuentas del activo, es decir, dónde ha invertido la banca los recursos propios (capital) y los recursos que ha pedido prestado al público (pasivos).
Visión general: la hoja de Balance
El Balance General es una fotografía de la situación financiera de una entidad en un momento dado. En él se presentan los activos, pasivos y patrimonio de la entidad.
En el caso de la banca, los activos son los recursos que la banca ha invertido, como los préstamos otorgados, los depósitos en otros bancos, los edificios y equipos, entre otros. Los pasivos son los recursos que la banca ha pedido prestado, como los depósitos de los clientes, los préstamos de otros bancos, entre otros. El patrimonio es la diferencia entre los activos y los pasivos, es decir, los recursos propios de la entidad.
Estructura
Para tener algo de perspectiva, en el gráfico siguiente se muestra la composición del Balance General del sistema bancario de forma resumida, a tres cortes: a septiembre del año pasado y luego a agosto y septiembre del presente. Esto con el objetivo de ver cómo ha evolucionado la estructura tanto en un año como respecto al mes pasado:
En primer lugar, respecto a septiembre de 2023, el Balance se ha expandido considerablemente, en casi USD $2.000$ mil millones. No se debe olvidar, sin embargo, que el Banco Fassil se había liquidado unos meses antes lo que implica que, en aquella fecha, se había experimentado una contracción importante en el sistema que, posteriormente, ha sido absorbida por el resto de los bancos.
Por otra parte, y quizás más relevante dada la coyuntura, el sistema ha expandido su balance en algo más de USD $300$ millones respecto al mes pasado. Este incremento se ha dado, principalmente, por el incremento de las disponibilidades y, en menor medida, por un ligero crecimiento de la cartera de créditos. Es interesante notar lo siguiente: por un lado, tanto las cajas de ahorro como las cuentas corrientes han crecido y han ido a financiar principalmente la liquidez y, en menor proporción, la cartera. Más adelante se revisa esto con mayor detalle.
Activos
Los activos de las entidades financieras son el dinero que mantienen en bóvedas y cajeros automáticos para las operaciones diarias, los préstamos que ha otorgado (cartera), las inversiones que han realizado en instrumentos financieros, además del inmobiliario que necesita para operar. La parte más importante, sin embargo, es la cartera, pues es la parte que le reporta mayores ingresos a las entidades y, por tanto, de su correcta originación y gestión, dependen los resultados financieros de la misma.
Por otra parte, debido a la incertidumbre generada por la desaceleración económica y la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN) que amenazan a la estabilidad del régimen cambiario, además de la resolución del Banco Fassil, las entidades financieras han incrementado sus tenencias de efectivo, tanto en disponibilidades como inversiones de cortísimo plazo (inversiones temporarias) para hacer frente a posibles retiros no esperados de depósitos. Por tanto, la gestión de la liquidez es un tema fundamental que se debe monitorear de cerca.
En el gráfico siguiente se muestra la evolución de los activos del sistema bancario desde el 2015. Se puede observar que el sistema casi se ha duplicado para el período señalado. Por otra parte, a la fecha no se ha podido absorber completamente la salida del Banco Fassil del sistema, toda vez que el activo se encuentra por debajo de los niveles de diciembre de 2022, pero se prevee que en unos meses logre el repunte.
Adicionalmente, tres temas valen la pena destacar. En primer lugar en lo que va del año 2024, el activo del sistema bancario solamente ha crecido USD $59$ millones, una cifra más bien baja, comparada con el crecimiento de años anteriores. En segundo lugar, si bien la cartera crece, su ritmo de crecimiento también es bajo comparado con años previos. Finalmente, hay una interesante recomposición de la liquidez desde las disponibilidades hacia las inversiones temporarias. Esta recomposición puede ser una señal de que las entidades financieras están buscando rentabilizar sus excesos de liquidez en un contexto de bajo crecimiento de la cartera. Por otro lado, si los títulos que están comprando son del BCB, también puede ser reflejo de una política monetaria contractiva que busca reducir la liquidez en el sistema contrarestando, quizás, el crédito interno al sector público que ha crecido en los últimos meses.
Visto por entidad:
Disponibilidades
Como menciona el Manual de Cuentas para Entidades Financieras, las disponibilidades se definen como:
Representa el efectivo que mantiene la entidad en caja, los saldos a la vista en el Banco Central de Bolivia, en oficina matriz y sucursales del exterior, en bancos y corresponsales del país y del exterior; así como, la tenencia de metales preciosos. También representa la existencia de cheques, otros documentos mercantiles de cobro inmediato y órdenes electrónicas de pago pendientes de liquidación.
Se debe notar, y aunque su tratamiento está fuera del alcance de esta entrada, la normativa del encaje legal que establece el Banco Central de Bolivia (BCB) se aplica sobre los activos líquidos de las entidades financieras, por lo que éstas deben mantener (“encajar”) un porcentaje de los depósitos que reciben en cuentas del BCB. Esta regulación, por tanto, obliga a las entidades financieras a mantener un nivel mínimo de activos líquidos en sus balances proporcionales a la cantidad de depósitos que reciben.
Composición
Como se observa en el gráfico a continuación, las disponibilidades del sistema se han mantenido relativamente estables y en torno a los USD $4.000$ millones, de los cuales aproximadamente un $30\%$ se han mantenido en efectivo con el objetivo de mantener la operativa diaria (retiros, cajeros automáticos, etc.).
Visto por entidad:
Inversiones temporarias
De acuerdo al manual de cuentas para entidades financieras de la ASFI, las inversiones temporarias son aquellas:
inversiones en depósitos en otras “entidades de intermediación financiera”, depósitos en el Banco Central de Bolivia y los valores representativos de deuda adquiridos por la entidad; inversiones que han sido realizadas, conforme a su política de inversiones, con la intención de obtener una adecuada rentabilidad de sus excedentes temporales de liquidez y que puedan ser convertidas en disponibilidades en un plazo no mayor a treinta (30) días.
A continuación se revisan con mayor detalle:
Composición
En el gráfico siguiente se muestra la composición de las inversiones temporarias a diciembre de cada año desde el 2015 y a septiembre de 2024:
Como se puede observar, las inversiones temporarias se han mantenido en un promedio de USD $4.200$ millones, aproximadamente. Se observa que durante el 2023 se ha producido una mayor concentración de dichas inversiones en el BCB y se han incrementado durante el 2024. Estas inversiones pueden ser “efectuadas en depósitos a plazo fijo, letras, bonos y otros títulos valores de deuda” y, como se indicaba previamente, parece que el BCB estaría ofreciendo mejores tasas de interés con lo cual las entidades de intermediación financiera estarían prefiriendo invertir en dichos titulos.
Esta situación habría que monitorearla de cerca, pues puede ser un efecto de la política monetaria del Banco Central. Por un lado, el BCB le estaría dando crédito al sector público y, por tanto, haciendo crecer los agregados monetarios lo cual, si no se incrementa la producción puede generar inflación. Así, para contraer la liquidez, el BCB estaría ofreciendo tasas de interés más atractivas para que las entidades de intermediación financiera inviertan en títulos valores del BCB. En términos de magnitud, los casi USD $1.000$ millones de incremento de las inversiones temporarias en el BCB representan $\frac{1}{5}$ del déficit fiscal de la gestión anterior.
Visto por entidad:
Cartera
En esta sección se analizará el comportamiento de la cartera del sistema bancario boliviano. Se debe notar que la cartera es la fuente principal de los ingresos financieros y, sin duda, el principal activo de la banca boliviana.
Crecimiento
Una primera pregunta es cómo ha sido el crecimiento de la cartera en los últimos años. Esto es importante en varios sentidos debido a que tanto el exceso de crecimiento como la falta del mismo pueden ser considerados como síntomas de otro tipo de problemas. Por un lado, un rápido crecimiento puede ser señal de una expansión crediticia que, si no es bien manejada, puede llevar a problemas de solvencia en el futuro. Por otro lado, un crecimiento lento puede ser señal de una contracción en la demada agregada que, a su vez, puede ser señal de problemas en la economía real.
En el gráfico siguiente, se observa el crecimiento interanual (mes actual respecto a igual mes del año anterior) de la cartera, exceptuando las previsiones y los cargos devengados por cobrar:
Lo que se observa es que la cartera ha crecido fuertemente el segundo quinquenio del 2010 y llegó a su máximo crecimiento aproximadamente en marzo de 2011, fecha en la cual el crecimiento perdió impulso y, aunque se mantuvo en tasas positivas y de dos dígitos, ha ido disminuyendo. Luego de la liquidación del Banco Fassil en marzo de 2023 el crecimiento de la cartera ha sido negativo.
Esto, aunque sugiere una desaceleración en la colocación de créditos, no necesariamente significa que a nivel individual los bancos están contrayendo la colocación. El problema es que, al salir el Banco Fassil a partir de inicios del 2023 el cálculo del crecimiento se realiza desde una base donde la entidad sí se contabilizaba en la cartera total. Por ello, se observa un salto en el crecimiento de la cartera total del sistema bancario en el gráfico anterior y luego tasas negativas, lo que refleja que el sistema bancario no ha podido compensar la salida de Fassil con el crecimiento de las otras entidades.
Esto se puede ver en el gráfico de crecimiento por entidad:
Del gráfico anterior se desprende que la cartera de créditos ha mostrado una importante desaceleración en la mayoría de las entidades, muchas de ellas incluso creciendo menos que en los primeros meses de pandemia. Esta situación debe monitorearse con especial atención, toda vez que refleja una posible desaceleración en la economía y un menor dinamismo en la demanda de créditos.
Finalmente, en términos de saldos, el gráfico siguiente muestra el incremento mensual de la cartera:
Este gráfico muestra que la cartera de créditos, vista como flujo mes a mes, ha ido contrayendo su actividad respecto al 2015.
Mora
El índice de mora (o mora, como se la conoce coloquialmente) son todas las operaciones que tienen más de 30 días de incumplimiento en sus pagos como proporción del total de la cartera.
En el gráfico siguiente se muestra la evolución del índice de mora desde enero de 2003. Como se observa en la figura, el año 2003 la mora había alcanzado niveles máximos y en torno al 23% lo que, como se vio anteriormente, sería suficiente como para declarar insolvente al sistema bancario. Se debe recordar que el contexto de la crisis de los 2000 fue especialmente compleja para la economía boliviana.
Posterior a ello, sin embargo, la mora se ha mantenido bajo control. Es así que el 2007 se vuelve a tener una indicador de un dígito y al 2013 se alcanza el mínimo de $1.55\%$. Luego de ello la mora ha ido subiendo de forma sistemática pero controlada en torno al $1.8\%$ hasta la pandemia, donde las medidas de refinanciación, prórroga y reprogramación del crédito hicieron que el indicador disminuya por decreto.
Luego de la pandemia, la mora ha vuelvo a crecer y la tenencia es bastante positiva, lo que plantea retos para las entidades y para la regulación y supervisión del sistema financiero. Por ejemplo, si nos enfocamos en los datos a partir del 2013:
Así, si esta situación no se controla, podría generar problemas de solvencia en el sistema financiero. Adicionalmente, en un contexto de incertidumbre macroeconómica, un indicador elevado que señale que la solvencia de alguna(s) entidad(es) financiera(s) está en riesgo, podría generar una corrida bancaria. Nótese que, para que esto ocura, no se necesita que la entidad sea insolvente, sino que los depositantes crean que lo es. Por lo tanto, es importante que las autoridades financieras monitoreen de cerca este indicador y tomen las medidas necesarias para evitar que la situación se agrave.
Nótese que, si bien en septiembre el indicador se mantuvo relativamente similar al de agosto, los problemas macroeconómicos como el desabastecimiento de diésel, la escasez de dólares (con el consiguiente aumento del tipo de cambio paralelo), los incendios forestales, entre otros, eventualmente podrían generar un incremento de la mora.
Finalmente, separando la mora entre aquella que se origina a partir de la cartera reprogramada y la que no, se observa que la mayor parte de la misma corresponde a la primera categoría, es decir, la cartera reprogramada es la que más problemas está generando a las entidades financieras:
Visto por entidad:
Cartera reprogramada
La cartera reprogramada, más propensa a caer en impago, se mantiene en torno al $20\%$ del total de la cartera y aunque algunas entidades han tratado de reducir la misma, otras han mantenido la política de reprogramaciones. Así, sigue siendo válido lo que indicaba el año pasado en otra entrada del blog, donde argumentaba que "[…] en años pasados, una operación se reprogramaba cuando el titular indicaba que, por alguna razón quizás coyuntural, no iba a poder hacer frente al pago de sus obligaciones. Caso por caso, las entidades decidían si modificaban el plan de pagos original ya sea reduciendo tasas, alargando plazos o reduciendo la cuota para evitar que la operación se deteriore en el tiempo. Sin embargo, dado que el cliente actualmente no puede pagar hace más riesgoso que lo pueda hacer en el futuro.".
En primer lugar, la cartera reprogramada ha ido disminuyendo en los últimos meses toda vez que parte de la cartera está madurando y, adicionalmente, que la cartera en general continúa creciendo:
Nótese que, el problema de la cartera reprogramada es que es más propensa a caer en mora, toda vez que ya ha dado indicios de dificultades para el pago. Por tanto, es importante monitorear no solo la cartera reprogramada con problemas sino la totalidad. En el siguiente gráfico se muestra, por ejemplo, la cartera reprogramada pero en millones de USD, diferenciando por el estado de la misma:
Inversiones permanentes
El Manual de Cuentras para Entidades Financieras establece que las inversiones permanentes:
Comprende los depósitos en entidades de intermediación financiera, depósitos en el Banco Central de Bolivia, valores representativos de deuda adquiridos por la entidad y certificados de deuda emitidos por el sector público no negociables en bolsa. Estas inversiones no son de fácil convertibilidad en disponibilidades o siendo de fácil liquidación, por decisión de la entidad y según su política de inversiones, se manifieste la intención de mantener la inversión por más de 30 días.
Composición
En el gráfico siguiente se observa la composición de dichas inversiones por tipo de cuenta:
Nótese que la mayor concentración se encuentra en la cuenta 167 que son las inversiones de disponibilidad restringida, que registra “inversiones en títulos valores emitidos por entidades nacionales o extranjeras […] que a la fecha de la información su disponibilidad esté restringida, debido a que sobre estos títulos se ha suscrito un contrato de venta con pacto de recompra, se los ha afectado al encaje adicional, se los ha dado en garantía […]”.
Visto por entidad:
Pasivos
Los pasivos representan una fuente de financiamiento de las entidades financieras y es parte vital para su buen funcionamiento. Los pasivos son las obligaciones (deuda) que los bancos tienen con el público (los depósitos), con las empresas (cuentas corrientes) y, también, con inversores institucionales.
En los últimos meses ha habido bastante especulación respecto a la capacidad de los bancos para devolver el dinero al público con lo cual parte de los usuarios se han aproximado a las entidades a pedir sus fondos de vuelta. Esto ha planteado retos a las entidades, pues han tenido que buscar, en muy corto plazo, fondos para devolver a los ahorristas.
En el siguiente gráfico se observa la evolución del pasivo del sistema bacario con corte a cada diciembre desde el 2015 y, adicionalmente, se muestra el último trimestre de información disponible.
Nótese que, a partir de diciembre de 2023, se observa un incremento en la cuenta 280 reservada para las empresas públicas. Esto se debe a la reclasificación contable desde las AFPs hacia la Gestora Pública que administran los fondos de pensiones. Como es evidente, casi el $40\%$ del fondeo de la banca se encuentra concentrado en una sola entidad, lo que plantea problemas en la gestión de la liquidez, toda vez que le otorga un poder de mercado significativo. Esta situación se revierte y se vuelve a la anterior clasificación contable, lo que se observa en el gráfico en septiembre de 2024.
Del gráfico anterior resalta que, en lo que va del año, el pasivo del sistema bancario ha crecido más bien poco: a razón de aproximadamente USD $42$ millones cada mes. Si los bancos no pueden captar fondos del público, entonces no pueden sostener la colocación de la cartera de créditos, principal negocio y fuente de ingresos. Las opciones que tienen, por tanto, son subir las tasas de interés para atraer depósitos o negociar directamente con la Gestora Pública para obtener liquidez, también subiendo tasas. De cualquier manera, debido a las tasas de vivienda social y crédito productivo que se encuentra fijas, subir tasas pasivas significará una reducción en la rentabilidad de los bancos.
Alternativamente, se puede reclasificar el pasivo y mostrarlo por tipo de depósito:
Del gráfico anterior podemos ver que las cuentas de ahorro han disminuido ligeramente respecto a diciembre del año pasado, mientras que los depósitos a plazo y las cuentas corrientes han crecido, las primeras de forma importante. Esta situación puede ocurrir por varios motivos. Por ejemplo, la banca podría estar negociando tanto con la Gestora o con grandes empresas para que mantengan sus saldos de tesorería en la banca. Esto solamente se lograría ofreciendo una tasa mayor, toda vez que la inflación y la falta de dólares en el sistema hacen que el boliviano pierda capacidad de compra en el tiempo. Así, la banca tendría que compensar a sus clientes para que éstos prefieran mantener sus saldos en la banca y no en otros activos que, dada la coyuntura, puedan cumplir mejor la función de depósito de valor.
Crecimiento
¿Cómo han evolucionado el pasivo del sistema bancario? De forma general, el pasivo de la banca ha seguido creciendo comparando cada mes con el mismo mes del año anterior, pero las tasas son decrecientes:
Este gráfico debe examinarse con cautela ya que, de la misma manera que en el caso de la cartera, luego de la liquidación del Banco Fassil, los datos de la base sobre la cual se calcula el crecimiento son mayores a los de los meses actuales, toda vez que la banca todavía no ha recuperado completamente el nivel de depósitos que tenía antes de la liquidación.
Viendo los datos de crecimiento interanual pero por entidad:
Del anterior gráfico se observa que, en general, las entidades están experimentando dificultades para atraer fondos y, aunque todavía se encuentran creciendo respecto al mes igual del año previo, los niveles de crecimiento son menores a los que se observaban en años anteriores.
Estado de resultados
Finalmente, aunque no se entrará en el detalle, se presentan los resultados financieros para el sistema bancario boliviano con corte a septiembre para los tres últimos años:
Se observa, por ejemplo, que la magnitud del negocio ha crecido en los últimos años y que, a septiembre de 2024 el sistema bancario ha mostrado un resultado neto comparativamente mejor respecto a igual mes en años previos. Sin embargo, estos resultados deben ser tomados con cautela, puesto que se deben ajustar por inflación y por el tipo de cambio y compararse en función al capital (y riesgo) que se toma.
Dicho lo anterior, se observa un ligero movimiento en la fuente de ingresos, desde los financieros (cartera) a los operativos (comisiones) que tienen su correspondiente movimiento en los costos. Es más, en el caso de los ingresos y gastos operativos, si bien ambos crecen, los gastos lo hacen a un ritmo mayor.
Finalmente, una partida que ha mostrado una mejora es la de incobrabilidad, que hace referencia a la cartera que se ha provisionado y que no se espera recuperar. Esta partida ha disminuido en los últimos años, lo que podría ser un indicador de una mejora en la calidad de la cartera. Sin embargo, debido a las repogramaciones y refinanciamientos que se han hecho en los últimos años, esta partida podría estar subestimada.
Visto por entidad:
Conclusión
Bolivia continúa en una crisis en cámara lenta que se materializa, de a poco, en el sistema financiero y, en particular, en el sistema bancario. Déficits gemelos (fiscal y externo), una inflación que se acelera y una alta conflictividad social que imposibilita la producción y, por ende, el crecimiento económico son los principales factores que golpean a la economía boliviana.
Por su parte, esto se ve reflejado en el sistema bancario que muestra algunos patrones preocupantes: una cartera de créditos que crece cada vez a menor ritmo y una mora que, si bien se ha mantenido en torno a $3.5\%$ estos últimos meses, no deja de mostrar una tendencia al alza. Complementariamente, la cartera reprogramada, más propensa al impago, sigue siendo elevada y las entidades deben gestionarla en su totalidad.
Además, los datos muestran indicios que que el BCB, a manera de esterilizar la expansión del crédito concedido principalmente a las empresas públicas, ha estado elevando las tasas de sus títulos valores, de manera que pueda absorber el exceso de liquidez por medio del sistema bancario. Esto, sin embargo, no es gratuito, toda vez que puede ser a expensas del crecimiento de la cartera de créditos de la economía y, por tanto, generar una desaceleración en el mediano plazo.