Introducción
En la presente entrada, se muestran algunos datos relevantes del sistema bancario boliviano, particularmente del lado del activo, es decir, del uso que hace la banca de los fondos que obtiene tanto por sus accionistas (capital) como del público (ahorros). La información que se muestra corresponde a la publicada por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) con corte a fines de mayo de 2024.
Estructura del Balance General
Para tener algo de perspectiva, en el gráfico siguiente se muestra la composición del Balance General del sistema bancario boliviano de forma resumida en tres momentos en el tiempo: mayo de 2023, abril de 2024 y mayo de 2024. El objetivo de mostrar la información de esta manera es i) tener una idea de la evolución del balance en el año y ii) comparar los movimientos mensuales del mismo1.
Respecto a la variación a 12 meses, es decir entre mayo de 2023 y mayo de 2024, se observa que el balance general del sistema financiero ha crecido en USD $1,81$ mil millones, lo que representa un crecimiento relativo de aproximadamente $4,7\%$. Este crecimiento no es tan alto como lo ha sido en el pasado pero, a fines prácticos, ha permitido recuperar el nivel de activos que se tenía en marzo de 2023, antes de la liquidación del Banco Fassil, aunque todavía no alcanza el nivel de activos que se tenía, por ejemplo, en diciembre de 2022.
En términos de estructura, las principales partidas que componen el balance general del sistema bancario se mantienen con porcentajes similares respeto al año pasado, tanto en el activo como en el pasivo, aunque se observa un ligero incremento en la liquidez del sistema a expensas de la cartera de créditos. En particular las inversiones temporarias han tomado mayor relevancia en el activo.
En cuanto a la variación mensual, el balance se ha expandido en solo USD $11$ millones de dólares, un monto más bien bajo que, anualizando, representa un magro $0,32\%$. Sin la cartera de créditos ha crecido en USD $188$ millones, lo que representa un $8,57\%$ de crecimiento anual.
En lo que sigue se analizarán dos aspectos específicos del activo: las inversiones temporarias, la cartera de créditos y, dentro de ésta la cartera en mora y la cartera reestructurada o reprogramada.
Activos
De forma gneral, en el siguiente gráfico se observa que el crecimiento de los activos con corte a diciembre de cada año desde el 2015 y hasta el último mes disponible:
Como se puede osbvervar, los activos de la banca han crecido de forma sostenida hasta diciembre de 2022, luego de ello, y con la liquidación del Banco Fassil en marzo de 2023, los activos han disminuido de forma significativa. Lo que llama la atención, sin embargo es que, entre diciembre de 2023 y mayo de 2024 el balance de la banca ha vuelto a decrecer, lo que denota dificultades en la economía boliviana.
Inversiones temporarias
De acuerdo al manual de cuentas para entidades financieras de la ASFI, las inversiones temporarias son aquellas:
inversiones en depósitos en otras “entidades de intermediación financiera”, depósitos en el Banco Central de Bolivia y los valores representativos de deuda adquiridos por la entidad; inversiones que han sido realizadas, conforme a su política de inversiones, con la intención de obtener una adecuada rentabilidad de sus excedentes temporales de liquidez y que puedan ser convertidas en disponibilidades en un plazo no mayor a treinta (30) días.
Así, en el gráfico siguiente se muestra la composición de las inversiones temporarias a diciembre de cada año desde el 2015:
Como se puede observar, las inversiones temporarias se han mantenido en un promedio de aproximademnte USD $4.200$ millones. Se observa también que, durante el 2023, se ha producido una mayor concentración de dichas inversiones en el BCB. Estas inversiones pueden ser “efectuadas en depósitos a plazo fijo, letras, bonos y otros títulos valores de deuda” y se entiende que, en un contexto de mayor incertidumbre y menor dinamismo en la actividad económica, las entidades financieras hayan optado por mantener una mayor liquidez en el BCB.
En el siguiente gráfico, se muestra la evolución de las inversiones temporarias con frecuencia mensual desde enero de 2003 y desagregando también por tipo de cuenta:
Llama la atención que, desde enero de 2023, las inversiones temporarias en el BCB (clasificadas principalmente como Letras del BCB y “otras”) han aumentado considerablemente y de forma sostenida en la cartera del sistema bancario, en contraposición a las operaciones restringidas o títulos de recompra que han disminuido tanto en términos absolutos como en proporción.
Finalmente, aunque no se cubre en esta entrada, sería interesante analizar las tasas que se están pagando por las inversiones en el BCB puesto que, de ser altas en relación al rendimiento ajustado por riesgo que la banca puede obtener en el mercado, podría tener efectos macroeconómicos negativos, como la restricción del crédito y la disminución de la actividad económica.
Cartera
En esta sección se analizará el comportamiento de la cartera del sistema bancario boliviano. Se debe notar que la cartera es la fuente principal de los ingresos financieros y, sin duda, el principal activo de la banca.
Crecimiento
Una primer pregunta es cómo ha sido el crecimiento de la cartera en los últimos años. Esto es importante en varios sentidos debido a que tanto el exceso de crecimiento como la falta del mismo pueden ser considerados como síntomas de otro tipo de problemas. Por un lado, un rápido crecimiento puede ser señal de una expansión crediticia que, si no es bien manejada, puede llevar a problemas de solvencia en el futuro. Por otro lado, un crecimiento lento puede ser señal de una contracción en la demada agregada que, a su vez, puede ser señal de problemas en la economía real.
En el gráfico siguiente, se observa el crecimiento interanual (mes actual respecto a igual mes del año anterior) de la cartera, exceptuando las previsiones y los cargos devengados por cobrar:
De forma general, se observa una tendencia negativa, aunque la comparación interanual se dificulta por la liquidación del Banco Fassil.
Para complementar esta medida, en el gráfico siguiente se expone el crecimiento absoluto de la cartera con frecuencia intermensual. Esto es, la variación de la cartera respecto al mes anterior expresada en USD:
Lo que se observa es que la cartera ha crecido a un ritmo de USD $200$ millones de forma mensual hasta el surgimiento de la pandemia, donde se observa crecimiento pero combinado con una mayor volatilidad. A partir de 2023, sin embargo, el crecimiento mensual solo ha logrado sobrepasar los USD $150$ millones en algunos meses y se han registrado más meses de contracción, es decir, meses donde los deudores han devuelto más créditos de los que la banca ha podido otorgar.
Mora y reprogramación
El índice de mora (o mora, como se la conoce coloquialmente) son todas las operaciones que tienen más de 30 días de incumplimiento en sus pagos como proporción del total de la cartera.
En el siguiente gráfico se muestra el indicador de mora desde enero de 2013 hasta el último mes disponible:
Como se había anticipado en anteriores entradas, el indicador de mora sigue con una marcada tendencia positiva, alcanzando a mayo de 2024 ub $3.4\%$ de la cartera total. Si bien el número en sí mismo no es grave, lo que realmente preocupa es la tendencia creciente que lleva más de dos años y sin signos de mejoría a la vista. Además, la mora es un indicador ex post de la calidad de la cartera, por lo que es probable que la situación sea peor de lo que sugiere el indicador.
Algo que llama la atención también es que, mes a mes, la ASFI indicaba que la mora del país era de las más bajas de la región, pero en su última Nota de Prensa al 27 de junio de 2024, si bien indica que nos encontramos por debajo del promedio regional, no indica cuál es el ratio exacto:
Con relación al índice de mora este se ubica por debajo del índice promedio de los países de la región que alcanza a 3,6%, debido principalmente a que una parte muy representativa del índice de mora está compuesta por créditos que difirieron el pago de sus cuotas en 2020 debido a la pandemia y que aún mantienen dificultades para retomar o sostener el pago de sus préstamos, pese a los periodos de prórroga y gracia que se otorgaron. Del total de cartera en mora a mayo de 2024, que alcanzó a Bs7.513 millones, el 44%, es decir Bs3.341 millones, corresponde a estos créditos con cuotas diferidas en el año 2020.
Así, si bien en la Nota de Prensa de la ASFI no se menciona el número exacto del indicador de mora, sí que se argumenta que las causas del incremento del mismo son, ni más ni menos ¡los créditos diferidos en el año 2020! Ahora, si estos créditos diferidos no han podido mejorar su situación desde 2020, ¿qué nos hace pensar que los nuevos diferimientos se van a comportar de una manera distinta a los anteriores? Esta situación es preocupante, especialmente porque aproximadamente el $17,5\%$ de la cartera del sistema bancario se encuentra clasificada como restructurada o reprogramada, tal como se puede observar a continuación:
Si bien la cartera reprogramada ha disminuido de forma gradual en los últimos años, se debe monitorear la misma de manera detallado, sobre todo la clasificada como restructurada o reprogramada vigente ya que suele ser ahí donde se encuentra la mayor exposición al riesgo.
Finalmente, sobre la cartera reprogramada, es tarea de la autoridad vigilar que las políticas de diferimiento de las entidades financieras no se conviertan en problemas para el futuro. En este sentido, es preferible reconocer las pérdidas de manera temprana y conforme van sucediendo en lugar de acumularlas para el futuro. Así, se observan algunos bancos que, en los últimos meses, no han podido disminuir sus saldos reprogramados:
Habiendo revisado la reprogramación cabe preguntarse, ¿qué parte de la mora proviene de la cartera reprogramada? Si bien no se tienen datos desagregados para indicar, como la ASFI, que la mora “corresponde a estos créditos con cuotas diferidas en el año 2020”, sí se puede mostrar la proporción de este indicador que proviene de la cartera que se había clasficado previamente como restructurada o reprogramada:
Así, como bien afirma la autoridad, es la mora proveniente de la cartera reprogramada la que se ha disparado una vez finalizadas las medidas de diferimiento, reprogramación y refinanciamiento en respuesta al Covid-19.
Conclusión
De la comparativa del Balance General de la banca a 12 meses y respecto al mes pasado se puede observar un ligero crecimiento en la liquidez, particularmente en las inversiones temporarias. Éstas inversiones se han colocado principalmente en títulos del BCB que, en un contexto de incertidumbre macroeconómica y ralentización de la demanda agregada, representan una opción rentable una vez descontado el riesgo. Sin embargo, si la tasa de estos instrumentos es demasiado alta, podría reducir la colocación de créditos a la economía. Esto, sin duda, se debe monitorear de cerca.
Por otra parte, la cartera del sistema muestra una reducción en su tasa de crecimiento, tanto si se compara con el mismo mes del año anterior como con el mes anterior. En concreto, entre abril y mayo de 2024 se lograron colocar aproximadamente USD $188$ millones, lo que ha sido el mejor mes en colocación de lo que va del año y en contraste con los cuatro meses previos donde la cartera creción, de forma acumulada, solo USD $33.4$ millones.
Finalmente, la mora de la cartera de la banca alcanzó el $3,4\%$ y, si bien este indicador no es malo per se, lo realmente preocupando es que sigue mostrando una marcada tendencia al alza sin signos de mejor a la vista. Esto, además, se compone cuando se toma en cuenta i) que la mora es un indicador rezagado y ii) la cartera reprogramada es la que ha terminado por convertirse en morosa.
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Se debe tener presente que marzo de 2023 es el último mes para el cual se publica la información concerniente al Banco Fassil. Posteriormente, parte de la cartera de este banco fue adquirida por distintas entidades y el resto fue transferido como fideicomiso al Banco Unión. ↩︎