Bolivia atraviesa una crisis macroeconómica marcada por el aumento de la inflación, la pérdida de reservas internacionales y un déficit fiscal persistente. Tras años de estabilidad impulsada por altos precios de materias primas, desde 2014 el país ha enfrentado una caída en los ingresos por exportación de gas, lo que ha llevado al Banco Central de Bolivia (BCB) a financiar el déficit del gobierno mediante emisión monetaria. Esto ha generado desconfianza en la moneda nacional, un mercado paralelo de dólares y expectativas inflacionarias desancladas. La falta de independencia del BCB agrava la situación, ya que actúa como un brazo del Ejecutivo en lugar de una entidad autónoma. Para restaurar la estabilidad, se requiere disciplina fiscal, independencia del BCB y, en última instancia, considerar la dolarización si no se logra recuperar la confianza en la política monetaria.
Bolivia enfrenta una crisis económica progresiva que se refleja en su sistema financiero. El balance bancario se ha expandido en USD 1.443 millones en 2024, con un aumento en disponibilidades en moneda nacional y una desaceleración en la cartera de créditos (5% anual). La banca ha incrementado su liquidez, trasladando fondos desde inversiones temporarias hacia disponibilidades, mientras que su dependencia del BCB sigue en ascenso. Los depósitos continúan creciendo, aunque con menor dinamismo. La mora ha bajado ligeramente al 3.2%, pero sigue elevada y el 15% de la cartera sigue reprogramada. La rentabilidad mejora gradualmente, aunque aún está por debajo de niveles pre-pandemia. Sin embargo, la persistente fragilidad macroeconómica, marcada por déficits gemelos, escasez de dólares y alta inflación, plantea riesgos para la estabilidad del sector y su capacidad de financiamiento a la economía real.
Los años 80 en Bolivia estuvieron marcados por el descalabro económico, con una de las hiperinflaciones más importantes de la historia moderna. La solución a esta crisis vino de la mano del [DS 21060](https://www.lexivox.org/norms/BO-DS-21060.html), que fue confeccionado por un grupo de economistas bolivianos en tiempo récord de 20 días. Uno de ellos, don [Juan L. Cariaga](https://fundacion-milenio.org/coy-456-juan-cariaga-y-su-aporte-central-a-la-derrota-de-la-hiperinflacion/), dejó por escrito esta experiencia en un espectacular libro titulado [_Estabilización y Desarrollo_](https://www.upsa.edu.bo/images/Estabilizacion-y-desarrollo-upsa.pdf).
En este libro, además del recuento histórico y anecdótico de la época, se tocan tres puntos que, a mi parecer, son impresionantes a la luz de lo que se vive en la actualidad: la confección de un plan técnico y coherente orientado a resolver los problemas económicos, la búsqueda de un consenso político que permita llevar a cabo las reformas y, si bien no se menciona explícitamente en el texto, cómo el paradigma de desarrollo bajo el cual se elaboró el 21060 tuvo como consecuencia la despolitización de la economía.