La banca en Bolivia a septiembre de 2025: Entre la contracción real, el corto plazo y la exposición al sector público
Introducción
Como ya es usual desde estas columnas, vamos a analizar el comportamiento del sistema bancario en los últimos tres meses, a partir de la información publicada por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI). Como siempre, el análisis se realiza a partir de los Estados Financieros (EEFFs) de las entidades y a título personal.
Sin embargo, antes de comenzar, conviene señalar el marco macroeconómico en el que se encuentra la actividad bancaria en Bolivia, toda vez que se ha convertido en el tema que aqueja a los bolivianos.
Contexto macroeconómico
Este trimestre ha estado marcado por la política. Las elecciones de agosto y el posterior balotaje de octubre entre la Alianza Libre de “Tuto” Quiroga y el Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Rodrigo Paz -este último siendo el ganador- han sido el principal foco de las noticias y el interés de la prensa nacional e internacional.
Ambas alianzas tenían un diagnóstico similar sobre el estado de la economía y mostraban propuestas similares para la solución de los problemas económicos que atraviesa el país y que ampliamente se han discutidos desde estas columnas (por ejemplo, se pueden ver aquí los planes de gobierno)
Así, se ha propuesto la reducción del déficit fiscal, la reinstitucionalización del Banco Central de Bolivia y una red de subsidios focalizados para paliar las medidas que, en el corto plazo, pueden generar una subida en los precios debido al sinceramiento de la economía.
Se puede decir que, después de 20 años del gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) y su sistemática degradación de las instituciones del país, se respiran aires nuevos. Esto no quiere decir que el nuevo gobierno no vaya a cometer errores o que no existan riesgos dentro del gobierno -por ejemplo, durante la campaña, el vicepresidente electo, Edman Lara, ha prometido una serie de medidas populistas, como subir las pensiones solidarias, un salario universal a las amas de casa, o créditos subsidiados para construcción de vivienda y para emprendedores, entre otras- que no tienen asidero en la realidad y son contrarias al ajuste que también se propone. Está por verse qué pasará, aunque las primeras intervenciones del presidente electo sugieren que se optará por una vuelta a la ortodoxia económica.
Sin embargo, la crisis que ha dejado el MAS no es menor, y se verifica en dos indicadores: crecimiento económico e inflación.
Por ejemplo, de acuerdo con los datos del World Economic Outlook (WEO) del Fondo Monetario Internacional (FMI), el crecimiento económico de Bolivia desde el 2021 se encuentran en caída libre y, se pronostica que, para el cierre del 2025 el crecimiento sería nulo. Se debe notar, además, que este es el peor desempeño de los últimos 25 años.

Por su parte, y lo que es más dramático aún, es el incremento en el nivel de precios que, para algunas subclasificaciones, ha llegado a más de 30% respecto al mes igual del año previo:

Por si fuera poco, como ya se había comentado antes, la otrora “economía blindada” -en palabras del actual presidente Arce Catacora cuando fungía como ministro de economía- también padece de una crisis de balanza de pagos que tiene como síntoma la escasez de moneda extranjera (principalmente dólares americanos) reflejada en la caída de las reservas internacionales netas (RIN) del BCB. Además, esta escasez de USDs ha roto el mercado cambiario toda vez que, mientras el tipo de cambio oficial se mantiene en 6.96 Bs/USD, el tipo de cambio paralelo fluctúa en torno a los Bs. 13 por dólar.
Como consecuencia de lo descrito anteriormente, la banca enfrenta una situación compleja, ya que la inflación y el bajo crecimiento económico dificultan el proceso de intermediación financiera: por un lado, la inflación induce a los depositantes a buscar medios alternativos para preservar su poder adquisitivo mientras que, el bajo crecimiento económico reduce la demanda de crédito y, eventualmente, en el repago de los créditos. Así, cuando se ajusta por la inflación, tanto la cartera como las obligaciones con el público (depósitos) se contraen de manera importante:

Con este preámbulo, pasemos al análisis de los estados financieros del sistema bancario boliviano que, aunque se realiza en términos nominales y al cambio oficial -lo que puede generar cierto sentimiento de tranquilidad por los resultados- se debe tener presente que estas cifras deben, también, ajustarse por la inflación.
Visión general: la hoja de Balance
El Balance General ofrece una fotografía de la situación financiera de una entidad en un momento determinado, reflejando la composición de sus activos, pasivos y patrimonio.
En el caso del sistema bancario, los activos representan los recursos en los que los bancos han invertido, como los préstamos otorgados, los depósitos en otras entidades financieras, así como bienes como edificios y equipos. Los pasivos, en cambio, corresponden a las obligaciones de la banca, incluyendo los depósitos de los clientes, préstamos obtenidos de otras instituciones financieras y otras fuentes de financiamiento. Finalmente, el patrimonio es la diferencia entre activos y pasivos, reflejando los recursos propios de la entidad.
Estructura del Balance General
Para proporcionar una mejor perspectiva, el siguiente gráfico presenta un resumen de la composición del Balance General del sistema bancario en tres momentos clave: el último mes disponible, el mes anterior y la composición del mismo el año previo. Esto permite analizar la evolución de la estructura financiera tanto en el último año como en el mes más reciente:

En primer lugar, respecto a septiembre de 2024, el balance se ha expandido considerablemente, en casi USD $1.479$ millones al cambio oficial, lo que equivale a un incremento de un 3.6% en términos nominales. Respecto al trimestre pasado, el crecimiento ha sido también positivo y equivalente a USD 844 millones.
Un resumen del crecimiento se puede ver en la tabla a continuación:
| Clasificación | Cuenta | Cambio % a 12 meses | Cambio % mes pasado | 
|---|---|---|---|
| Activos | 110-Disponible | 7,4% | 4,8% | 
| Activos | 120-Inv. Temporarias | 3,5% | 3,7% | 
| Activos | 130-Cartera | 3,1% | 0,1% | 
| Activos | 160-Inv. Permanentes | -2,0% | 0,1% | 
| Activos | 1XX-Otros | 15,4% | 0,5% | 
| Pasivos | 211-Corrientes | -3,7% | 6,9% | 
| Pasivos | 212-Ahorro | 9,8% | 2,4% | 
| Pasivos | 213-Plazo | 0,4% | -0,4% | 
| Pasivos | 2XX-Otros | 4,0% | -1,1% | 
| Patrimonio | 300-Capital | 11,6% | 1,6% | 
En el último año, el balance general del sistema bancario boliviano muestra una moderada expansión de los activos, impulsada principalmente por el aumento de las disponibilidades (+7,4%) y de las cuentas bajo “Otros activos” (+15,4%). Las inversiones temporarias también crecieron (+3,5%), aunque a un ritmo ligeramente inferior al del mes previo, mientras que la cartera de créditos mantuvo un crecimiento estable (+3,1%) y las inversiones permanentes continuaron en retroceso (-2,0%). Del lado del pasivo, en términos anuales se observa una reducción de las cuentas corrientes (-3,7%) junto con un incremento de los depósitos de ahorro (+9,8%), lo que sugiere una recomposición de la estructura de fondeo hacia instrumentos más estables. Esto es interesante toda vez que se esperaría que, debido a la inflación, los depósitos del público tengan un comportamiento similar a las cuentas corrientes. Finalmente, los depósitos a plazo permanecieron prácticamente sin variación (+0,4%), y el patrimonio bancario registró un aumento relevante (+11,6%).
Estructura por monedas
Otra forma de ver el balance y que puede resultar ilustrativa es diferenciando la proporción de activos y pasivos en moneda nacional de los que se encuentran en moneda extranjera:

Del gráfico anterior se puede observar el proceso de “desdolarización” de la banca. En el último año, la banca boliviana ha devuelto tan solo USD 286 millones en moneda extranjera y, aunque contablemente se encuentra en una “posición larga”, es decir, tiene más activos en dólares que pasivos, existen dificultades para acceder a esos recursos. Esto se debe a que una proporción importante de los mismos han sido colocados en el BCB, tanto como requerimientos de encaje legal (clasificados como disponibilidades) como para la constitución para los distintos fondos (CPVIS, FIUSEER, etc.) en garantía para préstamos de liquidez en moneda nacional, contabilizados como inversiones permanentes.
Esto último se evidencia en la siguiente gráfica, donde se presentan exclusivamente los saldos en moneda extranjera:

Nótese que el grueso de los pasivos en moneda extranjera son obligaciones con el público (cajas de ahorro y cuentas corrientes) pero, en contrapartida, los activos en moneda extranjera se clasifican como inversiones permanentes y disponibilidades. Estas inversiones permanentes son, en su mayoría, recursos en dólares que han sido entregados al BCB y, aunque han ido disminuyendo, aún representan un porcentaje importante de los activos en moneda extranjera. Es decir, aún cuando la banca en teoría tiene esos dólares, no puede disponer de ellos porque el BCB no los ha devuelto.
Activos
Los activos de las entidades financieras incluyen el dinero en bóvedas y cajeros automáticos para operaciones diarias, los préstamos otorgados (cartera), las inversiones en instrumentos financieros, y los bienes inmobiliarios necesarios para operar. La cartera sigue siendo el componente más importante, pues es la principal fuente de ingresos para las entidades financieras. Su adecuada originación y gestión son clave para la estabilidad y sostenibilidad del sistema.
El gráfico muestra la evolución de los activos del sistema bancario para algunos años hasta el último mes disponible. Se observa un crecimiento significativo, aunque con ciertas fluctuaciones. Un aspecto relevante es, como se mencionó anteriormente, la mayor preferencia por las inversiones temporarias en detrimento de las disponibilidades:

Visto por entidad:

Del gráfico anterior se observa una caída importante en el activo del Banco Unión respecto a diciembre de 2024, particularmente en sus disponibilidades.
Incidencia en el crecimiento
Otra forma de ver el activo es a través de la incidencia que cada grupo contable tiene en su crecimiento interanual. Esto permite ver cuáles son los grupos que están impulsando el crecimiento del activo y cuáles están contrarrestándolo. En el gráfico a continuación se presenta la evolución de la incidencia de cada grupo contable a partir de enero de 2022:

El gráfico se lee de la siguiente manera. Por ejemplo, entre septiembre de 2024 y septiembre de 2025 el activo del sistema bancario se expandió en total en un 3.6%, el cual se puede descomponer entre los grupos contables de la siguiente manera:
| Grupo contable | Incidencia | 
|---|---|
| 110-Disponibilidades | 0.8% | 
| 120-InvTemp | 0.4% | 
| 130-Cartera | 2.1% | 
| 140-PorCobrar | 0.1% | 
| 150-Realizables | 0.0% | 
| 160-InvPerm | -0.1% | 
| 170-BienesUso | 0.2% | 
| 180-Otros | 0.0% | 
| Total | 3.6% | 
¿Qué se puede inferir de esto? En primer lugar, antes de marzo de 2023, el crecimiento de la cartera de créditos era el principal motor del crecimiento del activo. Es más, se priorizaba la cartera por encima de las disponibilidades. En menor medida, las inversiones temporarias también estaban creciendo. Sin embargo, a partir de marzo de 2023, la tendencia cambió. La cartera comenzó a decrecer así como las inversiones permanentes. En cambio, las disponibilidades y luego las inversiones temporarias tomaron el protagonismo. Esto, como se ha mencionado anteriormente, se debe a la materialización de los riesgos de la economía boliviana, principalmente a la insostenibilidad del tipo de cambio por la drástica reducción de las reservas internacionales del BCB que tuvo como consecuencia la caída del Banco Fassil.
Lo más interesante es que, conforme se van manifestando los síntomas de la crisis, la banca ha optado por priorizar la rentabilidad de los recursos captados en inversiones temporarias y, si bien la cartera sigue creciendo, lo hace a un ritmo mucho menor. Es decir, dada las condiciones macroeconómicas, la banca pone cada vez más énfasis en la rentabilidad de corto plazo, más importante aún debido a que el BCB ha tratado de extraer liquidez del sistema -contrarestando el financiamiento al déficit fiscal- colocando títulos a tasas más altas.
Disponibilidades
Como menciona el Manual de Cuentas para Entidades Financieras, las disponibilidades se definen como:
Representa el efectivo que mantiene la entidad en caja, los saldos a la vista en el Banco Central de Bolivia, en oficina matriz y sucursales del exterior, en bancos y corresponsales del país y del exterior; así como, la tenencia de metales preciosos. También representa la existencia de cheques, otros documentos mercantiles de cobro inmediato y órdenes electrónicas de pago pendientes de liquidación.
Se debe notar, y aunque su tratamiento está fuera del alcance de esta entrada, la normativa del encaje legal que establece el BCB se aplica sobre los activos líquidos de las entidades financieras, por lo que éstas deben mantener (“encajar”) un porcentaje de los depósitos que reciben en cuentas del BCB. Esta regulación, por tanto, obliga a las entidades financieras a mantener un nivel mínimo de activos líquidos en sus balances proporcionales a la cantidad de depósitos que reciben.
Composición
Como se observa en el gráfico a continuación, las disponibilidades del sistema se han mantenido relativamente estables y en torno a los USD $4.000$ millones, de los cuales aproximadamente un $30%$ se han mantenido en efectivo con el objetivo de mantener la operativa diaria (retiros, cajeros automáticos, etc.). También se observa que, respecto a diciembre de 2022, las disponibilidades se han incrementado ligeramente, rodando los USD $5.000$ millones.

Visto por entidad:

Del gráfico anterior se infiere que sería el Banco Unión la Entidad cuyas disponibilidades se han reducido en mayor proporción (54% en lo que va del año), aunque otras entidades como el Banco Mercantil o el Banco Bisa también han visto reducidas sus disponibilidades respecto a diciembre de 2024.
Por moneda
Debido a la caída de las RIN antes mencionada y, como consecuencia, la escasez de divisa extranjera en la economía se esperaría observar que las disponibilidades en moneda extranjera se encuentre en caída. Esto se observa en el gráfico a continuación:

Inversiones temporarias
De acuerdo al Manual de Cuentas para entidades financieras de la ASFI, las inversiones temporarias son aquellas:
inversiones en depósitos en otras “entidades de intermediación financiera”, depósitos en el Banco Central de Bolivia y los valores representativos de deuda adquiridos por la entidad; inversiones que han sido realizadas, conforme a su política de inversiones, con la intención de obtener una adecuada rentabilidad de sus excedentes temporales de liquidez y que puedan ser convertidas en disponibilidades en un plazo no mayor a treinta (30) días.
A continuación se revisan con mayor detalle:
Composición
En el gráfico siguiente se muestra la composición de las inversiones temporarias a fin de año y al último mes disponible. Como se indicó anteriormente, se observa la mayor exposición a inversiones en el BCB desde diciembre de 2023, aunque a septiembre de 2025 se han reducido hasta alcanzar los USD $1.579$ millones. Esta caída se contraresta con el incremento de las cuentas 124, que registra las inversiones en títulos de deuda emitidos por entidades públicas no financieras nacionales (letras, bonos y otros títulos del TGN, etc.) y la cuenta 127, que registra las inversiones de disponibilidad restringida, que son principalmente operaciones que se han vendido con el compromiso de recomprarlas en un plazo determinado (repos). Los valores que se registran en esta cuenta suelen provenir del BCB o el TGN, entre otros.

Debido a su incremento abrupto y por encima de sus niveles históricos, en la siguiente imagen se muestra la desagregación de la cuenta 124 de inversiones en entidades públicas no financieras (SPNF) en sus subcuentas, que son las siguientes:

Nótese que se observa un cambio en esta cuenta a partir de 2023 y que se ha pronunciado mucho más durante el 2025. Si bien solo son USD 576 millones de exposición de la banca a estas inversiones, esta cuenta, que registra la relación de la banca con el TGN, debe monitorearse con cuidado, toda vez que la sostenibilidad fiscal del TGN es un tema de preocupación en la actualidad.
En el siguiente gráfico se muestra la evolución de las inversiones temporarias por entidad y tipo de cuenta:

Del gráfico anterior se observa que tanto el Banco Unión como el Banco Nacional de Bolivia y el Banco Mercantil son las entidades que más han incrementado su exposición al BCB y al sistema público no financiero.
Por moneda
Por otra parte, es interesante analizar las inversiones temporarias por tipo de moneda. En el gráfico siguiente se muestran dichas inversiones de manera diferenciada:

Nótese que, a lo largo del tiempo, las inversiones temporarias se han ido concentrando cada vez más en moneda nacional y en el BCB, lo que puede ser interpretado como una manera de extraer liquidez del sistema financiero. Esto es consistente con la política monetaria del BCB que, al financiar el déficit fiscal, ha ido absorbiendo la liquidez del sistema financiero para reducir las presiones inflacionarias.
Cartera
En esta sección se analizará el comportamiento de la cartera del sistema bancario boliviano. Se debe notar que la cartera es la fuente principal de los ingresos financieros y, sin duda, el principal activo de la banca boliviana.
Cartera por tipo de crédito
Una forma de analizar la cartera es por tipo de crédito. Como se observa en el gráfico siguiente, la cartera ha crecido de manera sostenida desde el 2016, aunque con una desaceleración en el 2022 y 2023, por la salida del Banco Fassil del sistema:

Crecimiento
Una primera pregunta es cómo ha sido el crecimiento de la cartera en los últimos años. Esto es importante en varios sentidos, debido a que tanto el exceso de crecimiento como la falta del mismo pueden ser considerados como síntomas de otro tipo de problemas. Por un lado, un rápido crecimiento puede ser señal de una expansión crediticia que, si no es bien gestionada, puede llevar a problemas de solvencia en el futuro. Por otro lado, un crecimiento lento puede ser señal de una contracción en la demada agregada que, a su vez, puede ser señal de problemas en la economía real.
En el gráfico siguiente, se observa el crecimiento interanual -mes actual respecto a igual mes del año anterior- de la cartera, exceptuando las previsiones y los cargos devengados por cobrar. Se observa, por ejemplo, la desaceleración en el crecimiento de la misma, que se ha estabilizado en torno al $5%$ en el 2024 y 2025, aunque con tendencia a la baja en los últimos meses:

Adicionalmente, se observa que la cartera ha crecido fuertemente el segundo quinquenio del 2010 y llegó a su máximo crecimiento aproximadamente en marzo de 2011, fecha en la cual el crecimiento perdió impulso y, aunque se mantuvo en tasas positivas y de dos dígitos, se ha ido desacelerando en el tiempo.
Sin embargo, como se ve a continuación, la mayoría de las entidades del sistema bancario han mostrado una desaceleración en la colocación de créditos:

Del gráfico anterior se desprende que la cartera de créditos ha mostrado una importante desaceleración en la mayoría de las entidades, muchas de ellas incluso creciendo menos que en los primeros meses de pandemia. Esta situación debe monitorearse con especial atención, toda vez que refleja la desaceleración de la economía nacional y, por consiguiente, un menor dinamismo en la demanda de créditos.
Finalmente, en términos de saldos, el gráfico siguiente muestra el incremento mensual de la cartera:

Este gráfico muestra que la cartera de créditos, vista como flujo mes a mes, ha ido contrayendo su actividad en el tiempo, a pesar de que aún se expresa en dólares americanos al cambio oficial.
Crecimiento por tipo de crédito
Finalmente, en cuanto al crecimiento, es interesante ver cómo se comporta la cartera por tipo de crédito. En el gráfico siguiente se muestra el crecimiento interanual de la cartera por tipo de crédito:

Nótese que, al igual como ocurre con la cartera en términos agregados, los distintos tipos de créditos han perdido dinamismo, particularmente el crédito al consumo y el hipotecario. Sin embargo, luego de una caída importante durante el 2023 y el 2024, las carteras Pyme y Empresarial muestran una recuperación importante.
Sobre esto último se debe investigar a mayor profundidad, puesto que el nuevo crédito Pyme y Empresarial, dada las circunstancias, quizás no sea producto de una expansión de la actividad económica, sino más bien para sostener la actividad en este contexto de desaceleración económica1.
Mora
El índice de mora (o mora, como se la conoce coloquialmente) son todas las operaciones que tienen más de 30 días de incumplimiento en sus pagos como proporción del total de la cartera.
En el gráfico siguiente se muestra la evolución del índice de mora desde enero de 2003. Como se observa en la figura, el año 2003 la mora había alcanzado niveles máximos y en torno al 23% lo que sería suficiente como para declarar insolvente al sistema bancario. Se debe recordar que el contexto de la crisis de los 2000s fue especialmente compleja para la economía boliviana.
Posterior a ello, sin embargo, la mora se ha mantenido bajo control. Es así que el 2007 se vuelve a tener una indicador de un dígito y al 2013 se alcanza el mínimo de $1.55%$. Luego de ello la mora ha ido subiendo de forma sistemática pero controlada en torno al $1.8%$ hasta la pandemia, donde las medidas de refinanciación, prórroga y reprogramación del crédito hicieron que el indicador disminuya contablemente.

Luego de la pandemia, la mora ha vuelto a crecer y la tendencia es marcadamente positiva, lo que plantea retos para las entidades y para la regulación y supervisión del sistema financiero. Por ejemplo, si nos enfocamos en los datos a partir del 2015:

Lo que resulta curioso, sin embargo, es que el indicador de mora se haya comenzado a bajar desde el último trimestre de 2024, aún cuando la cartera -y la economía en general- han perdido dinamismo. Varias explicaciones podrían estar detrás de este indicador, como por ejemplo que las entidades financieras están siendo más cautelosas en la colocación de créditos, o que los clientes están priorizando el pago de sus obligaciones financieras. También, cabe la posibilidad de que una parte de la mora se reprograme y, por lo tanto, no se contabilice como mora, sino que esté clasificada como reprogramdada vigente.
Finalmente, separando la mora entre aquella que se origina a partir de la cartera reprogramada y la que no, se observa que la mayor parte de la misma corresponde a la primera categoría, es decir, la cartera reprogramada es la que más problemas está generando a las entidades financieras:

Visto por entidad:

Una curiosidad del gráfico anterior es que existen algunas entidades como el Banco Bisa, el Banco Económico o el Banco Prodem que casi la totalidad de su mora está en la cartera marcada como reprogramada. Esto es curioso porque antes de la pandemia la situación era justamente la contraria, es decir, si un cliente no pagaba su crédito era clasificado como moroso, sin pasar por un proceso de reprogramación. Ahora, sin embargo, o la nueva cartera desembolsada no está dando problemas a las entidades, lo cual sería raro dado el contexto, o las entidades están reprogramando la cartera de forma sistemática, lo cual podría ser un problema si la cartera reprogramada no es sostenible en el tiempo. Sobre esto volveremos más adelante.
Complementariamente, podemos ver la mora por tipo de crédito, lo que permite identificar problemas en subsegmentos de los deudores del sistema bancario:

Nótese que, con excepción del crédito a Empresarial, la mora se ha incrementado de forma importante en los distintos segmentos de la cartera, especialmente en crédito hipotecario y pyme.
Finalmente, también se puede ver la mora por entidad y por tipo de crédito:

Cartera reprogramada
La cartera reprogramada, más propensa a caer en impago, se mantiene en torno al $15%$ del total de la cartera y aunque algunas entidades han tratado de reducir la misma, otras han mantenido la política de reprogramaciones. Así, sigue siendo válido lo que indicaba el año pasado en donde argumentaba que "[…] en años pasados, una operación se reprogramaba cuando el titular indicaba que, por alguna razón quizás coyuntural, no iba a poder hacer frente al pago de sus obligaciones. Caso por caso, las entidades decidían si modificaban el plan de pagos original ya sea reduciendo tasas, alargando plazos o reduciendo la cuota para evitar que la operación se deteriore en el tiempo. Sin embargo, dado que el cliente actualmente no puede pagar hace más riesgoso que lo pueda hacer en el futuro.".
En primer lugar, la cartera reprogramada ha ido disminuyendo en los últimos meses toda vez que parte de la cartera está madurando y, adicionalmente, que la cartera en general continúa creciendo:

Nótese que, el problema de la cartera reprogramada es que es más propensa a caer en mora, toda vez que ya ha dado indicios de dificultades para el pago. Asimismo, es importante monitorear no solo la cartera reprogramada con problemas sino la totalidad de la misma. En el siguiente gráfico se muestra, por ejemplo, la cartera reprogramada pero en millones de USD, diferenciando por el estado de la misma:

En este sentido, donde está el problema es en la cartera reprogramada vigente, que sería la próxima en la lista en caer en mora y que, para el caso de algunas Entidades, sigue creciendo.
Inversiones permanentes
El Manual de Cuentas para Entidades Financieras establece que las inversiones permanentes:
Comprende los depósitos en entidades de intermediación financiera, depósitos en el Banco Central de Bolivia, valores representativos de deuda adquiridos por la entidad y certificados de deuda emitidos por el sector público no negociables en bolsa. Estas inversiones no son de fácil convertibilidad en disponibilidades o siendo de fácil liquidación, por decisión de la entidad y según su política de inversiones, se manifieste la intención de mantener la inversión por más de 30 días.
Composición
En el gráfico siguiente se observa la composición de dichas inversiones por tipo de cuenta:

Nótese que la mayor concentración se encuentra en la cuenta 167 que son las inversiones de disponibilidad restringida, que registra “inversiones en títulos valores emitidos por entidades nacionales o extranjeras […] que a la fecha de la información su disponibilidad esté restringida, debido a que sobre estos títulos se ha suscrito un contrato de venta con pacto de recompra, se los ha afectado al encaje adicional, se los ha dado en garantía […]”.
Visto por entidad:

Estas inversiones permanentes se concentran principalmente en los aportes a los Fondos CPVIS, CAPROSEN, FIUSEER, etc. que gestiona el BCB y que se constituyeron con la reducción del encaje legal en moneda extranjera para las Entidades de Intermediación Financiera. Estos fondos, que tienen que ser devueltos en dólares americanos a las Entidades, todavía no han sido devueltos en su totalidad, lo que ha generado cierta preocupación en el sistema financiero.
Pasivos
Los pasivos representan una fuente de financiamiento de las entidades financieras y es parte vital para su buen funcionamiento. Los pasivos son las obligaciones (deuda) que los bancos tienen con el público (los depósitos), con las empresas (cuentas corrientes) y, también, con inversores institucionales.
En los últimos meses ha habido bastante especulación respecto a la capacidad de los bancos para devolver el dinero al público con lo cual parte de los usuarios se han aproximado a las entidades a pedir sus fondos de vuelta. Esto ha planteado retos a las entidades, pues han tenido que buscar, en muy corto plazo, fondos para devolver a los ahorristas.
En el siguiente gráfico se observa la evolución del pasivo del sistema bacario con corte a cada diciembre desde el 2015 y, adicionalmente, se muestra el último trimestre de información disponible.

Nótese que, a partir en diciembre de 2023, se observa un incremento en la cuenta 280 reservada para las empresas públicas. Esto se debe a una reclasificación contable desde las AFPs hacia la Gestora Pública que administran los fondos de pensiones. Como es evidente, casi el $40%$ del fondeo de la banca se encuentra concentrado en una sola entidad, lo que plantea problemas en la gestión de la liquidez, toda vez que le otorga un poder de mercado significativo. Esta reclasificación contable, sin embargo, fue revertida, no pudiendo identificarse, con la información disponible, la importancia de la Gestora en el fondeo de la banca.
Del gráfico anterior resalta que, durante el año, el pasivo del sistema bancario ha crecido en USD $349$ millones respeco a diciembre de 2024. Si los bancos no pueden captar fondos del público, entonces no pueden sostener la colocación de la cartera de créditos, principal negocio y fuente de ingresos. Las opciones que tienen, por tanto, son subir las tasas de interés para atraer depósitos o negociar directamente con la Gestora Pública para obtener liquidez, también subiendo tasas. De cualquier manera, debido a las tasas de vivienda social y crédito productivo que se encuentra fijas, subir tasas pasivas significará una reducción en la rentabilidad de los bancos.
Alternativamente, se puede reclasificar el pasivo y mostrarlo por tipo de depósito:

Del gráfico anterior podemos ver que las cuentas corrientes, principalmente abiertas por empresas, han experimentado una contracción importante en lo que va del año, que ha sido contrarrestado por el incremento en las cajas de ahorro. Las demás cuentas se han mantenido relativamente estable.
Crecimiento
¿Cómo ha evolucionado el pasivo del sistema bancario? De forma general, el pasivo de la banca ha seguido creciendo comparando cada mes con el mismo mes del año anterior, pero las tasas son decrecientes:

Viendo los datos de crecimiento interanual pero por entidad:

Del anterior gráfico se observa que, en general, las entidades están experimentando dificultades para atraer fondos y, aunque todavía algunas entidades se encuentran creciendo respecto al mes igual del año previo, otras han visto su pasivo contraerse.
Incidencia en el crecimiento
Al igual que se hizo con el crecimiento del activo, es posible descomponer el crecimiento del pasivo. En el gráfico siguiente se muestra dicha evolución desagregada por tipo de cuenta. Esta evolución es el espejo de la evolución del activo:

¿Qué se puede inferir del gráfico anterior? Antes de marzo de 2023 eran los depósitos a plazo fijo los que lideraban el crecimiento del pasivo, seguido por las cuentas de ahorro. Este tipo de depósitos, aunque más caros, son más estables y le permiten a la banca calzar mejor los plazos de la cartera de créditos. Sin embargo, a partir de marzo de 2023 y durante todo el año, las cuentas corrientes mostraron un crecimiento negativo. Conforme se acercaba el fin de año, también los depósitos a plazo fijo comenzaron a mostrar un crecimiento negativo. A partir de abril de 2024, sin embargo, el pasivo a vuelto a crecer, pero el crecimiento viene liderado por las cuentas corrientes y, en segundo lugar, por las cajas de ahorro. Esta situación, si bien no es mala per se, expone a la banca a un riesgo de liquidez mayor, toda vez que las cuentas de ahorro y corriente son más volátiles que los depósitos a plazo fijo y son susceptibles a ser retiradas ante cualquier shock que pueda afectar la confianza de los ahorristas. Esto, por ejemplo, se vio reflejado el año 2023.
En la siguiente tabla se puede ver el crecimiento interanual para el último mes disponible, descompuesto por tipo de depósito:
| Tipo de depósito | Incidencia | 
|---|---|
| 211-Corrientes | -0.5% | 
| 212-Ahorro | 2.3% | 
| 213-Plazo | 0.2% | 
| 2XX-Otros | 1.0% | 
| Total | 3.0% | 
Finalmente, también podemos ver el crecimiento interanual pero por tipo de depósito:

Salvo las cuentas corrientes que han mostrado un crecimiento importante y luego una caída abrupta, el crecimiento de las cuentas de ahorro y plazo han mostrado una desaceleración en los últimos meses. Si bien no se puede entender con claridad si el comportamiento viene explicado por los movimientos del sector público (Gestora de Seguridad Social) o privado (empresas y público en general), lo cierto es que la banca está teniendo problemas para atraer fondos -sobre todo a plazo fijo- y, por tanto, para sostener el crecimiento de la cartera de créditos.
Estado de resultados
Finalmente, aunque no se entrará en el detalle, se presentan los resultados financieros para el sistema bancario boliviano con corte a septiembre para los tres últimos años:

Se observa, por ejemplo, que la magnitud del negocio ha crecido en los últimos años y que, a septiembre de 2025 el sistema bancario ha mostrado un resultado neto comparativamente mejor respecto a igual mes en años previos. Sin embargo, estos resultados deben ser tomados con cautela, puesto que se deben ajustar por inflación y por el tipo de cambio y compararse en función al capital (y riesgo) que se toma.
Dicho lo anterior, se observa un ligero movimiento en la fuente de ingresos, desde los financieros (cartera) a los operativos (comisiones) que tienen su correspondiente movimiento en los costos. Es más, en el caso de los ingresos y gastos operativos, si bien ambos crecen, los gastos lo hacen a un ritmo mayor.
Rentabilidad
Otra forma de mirar los resultados es a través de la rentabilidad del sistema bancario, el cual compara los resultados de la gestión con el monto que los inversionistas han colocado en la bancae En este caso, se presenta el ROE (Return on Equity) para el sistema bancario boliviano al mismo corte desde 2016:

Lo que se observa es que, desde pandemia, el sistema bancario ha mostrado una rentabilidad positiva y creciente, habiendo recuperado casi por completo los niveles pre-pandemia. Se debe indicar que una mayor rentabilidad no solo repercute en mayores dividendos para los accionistas, sino que genera -aunque no mecnánicamente- mayor capital que funciona tanto como un colchón para absorber pérdidas como para expandir la cartera de créditos. Por tanto, es importante que el sistema bancario mantenga una rentabilidad sostenida en el tiempo.
También se puede ver la rentabilidad por entidad, donde se obseva que esta es más bien heterogénea:

Conclusiones
1. Expansión nominal con contracción real del sistema.: Aunque el balance general del sistema bancario se expandió en 3,6% interanual (equivalente a USD 1.479 millones al tipo de cambio oficial), al ajustar por inflación se observa una contracción real tanto en la cartera como en las obligaciones con el público. Esto refleja un entorno macroeconómico adverso, donde la inflación erosiona los saldos en moneda nacional y el estancamiento del crecimiento limita la demanda de crédito.
2. Cambio estructural hacia activos líquidos y de corto plazo.: La composición del activo revela una preferencia creciente por disponibilidades e inversiones temporarias, en detrimento de la cartera de créditos. Esta reconfiguración indica que las entidades financieras priorizan liquidez y rentabilidad inmediata sobre intermediación crediticia, una estrategia de preservación ante un contexto de mayor riesgo macroeconómico y presión inflacionaria.
3. Mayor exposición institucional al BCB y al sector público.: La canalización de liquidez hacia el Banco Central de Bolivia (BCB) y, en menor medida, hacia el Tesoro General de la Nación (TGN), se mantiene como tendencia dominante. Las cuentas 124 y 127, asociadas a inversiones en el sector público no financiero y a operaciones con disponibilidad restringida, han ganado relevancia y concentran una parte significativa del activo. Esta concentración aumenta el riesgo de contraparte y podría comprometer la flexibilidad del sistema si persisten las restricciones sobre los activos en divisa extranjera.
4. Fondeo más volátil y con mayor riesgo de liquidez.: Del lado del pasivo, se observa una recomposición hacia depósitos a la vista y de ahorro, mientras que los depósitos a plazo permanecen estancados. Esta estructura incrementa la vulnerabilidad frente a retiros súbitos de fondos y expone a las entidades a episodios de tensión de liquidez, especialmente dada la concentración de recursos en la Gestora Pública de Seguridad Social y la limitada capacidad de captar fondos en moneda extranjera.
5. Rentabilidad positiva pero bajo presiones estructurales.: La banca mantiene un ROE positivo y en recuperación respecto a los niveles pre-pandemia; sin embargo, enfrenta presión sobre los márgenes financieros debido al aumento de los costos operativos, la rigidez de las tasas activas reguladas (vivienda social y crédito productivo) y la necesidad de elevar tasas pasivas para retener depósitos. Además, la cartera reprogramada, que representa cerca del 15% del total, continúa siendo el principal foco de riesgo crediticio, dada su alta probabilidad de deterioro futuro.
Otra hipótesis sería que las empresas que tienen acceso a dólares americanos están tomando créditos en moneda nacional que, dada la inflación y la devaluación, luego podrían repagar con menos divisa. Sin embargo, no se tienen datos desagregados a este nivel para corroborar esta explicación. ↩︎