La banca en Bolivia al 2024: el BCB tomando mayor protagonismo

Introducción
Los primeros días de febrero la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) publicó los estados financieros del sistema bancario boliviano con corte a diciembre de 2024. Así, con esta nueva información, en esta entrada se revisarán algunas cifras de la banca boliviana.
El énfasis principal son las cuentas del activo, es decir, dónde ha invertido la banca los recursos propios (capital) y los recursos que ha pedido prestado al público (pasivos).
Visión general: la hoja de Balance
El Balance General ofrece una instantánea de la situación financiera de una entidad en un momento determinado, reflejando la composición de sus activos, pasivos y patrimonio.
En el caso del sistema bancario, los activos representan los recursos en los que los bancos han invertido, como los préstamos otorgados, los depósitos en otras entidades financieras, así como bienes como edificios y equipos. Los pasivos, en cambio, corresponden a las obligaciones de la banca, incluyendo los depósitos de los clientes, préstamos obtenidos de otras instituciones financieras y otras fuentes de financiamiento. Finalmente, el patrimonio es la diferencia entre activos y pasivos, reflejando los recursos propios de la entidad.
Estructura del Balance General
Para proporcionar una mejor perspectiva, el siguiente gráfico presenta un resumen de la composición del Balance General del sistema bancario en tres momentos clave: diciembre del 2023, así como noviembre y diciembre de 2024. Esto permite analizar la evolución de la estructura financiera tanto en el último año como en el mes más reciente:
En primer lugar, respecto a diciembre de 2023, el balance se ha expandido considerablemente, en casi USD $1.443,00$.
Por otra parte, y quizás más relevante dada la coyuntura, el sistema ha expandido su balance en casi USD $500$ millones respecto a noviembre de 2024. Este incremento se ha dado, principalmente, por el incremento de las disponibilidades y, en menor medida, por un ligero crecimiento de la cartera de créditos. Adicionalmente, ha habido un importante movimiento desde las inversiones temporarias hacia las disponibilidades, lo cual se investigará con mayor detalle más adelante.
Respecto al pasivo, el crecimiento ha estado impulsado por las cajas de ahorro, que han crecido en aproximadamente USD $300$ millones, seguido de las cuentas corrientes. Por otra parte, los depósitos a plazo han decrecido ligeramente. Es complejo determinar la razón de este comportamiento, toda vez que que los depósitos no distinguen entre el sector público y privado, que responden a distintas lógicas de comportamiento. Por ejemplo, el crecimiento de los depósitos a la vista podría explicarse por varios motivos, desde causas macro -mayor circulante en la economía- como una mayor “preferencia por liquidez” de los depositantes o mayor ahorro precautorio como respuesta a la incertidumbre económica. También, debido a la importancia de la Gestora Pública -pensiones- en la economía, podría ser que los depósitos a la vista estén relacionados con la misma.
Estructura por monedas
Otra forma de ver el balance y que puede resultar ilustrativa es diferenciando la proporción de activos y pasivos en moneda nacional de los que se encuentran en moneda extranjera:
De acuerdo al gráfico anterior, desde una perspectiva netamente contable, la banca ha sido prudente con el calce de monedas, manteniendo más activos en moneda extranjera que pasivos, lo que protege el patrimonio ante posibles devaluaciones del tipo de cambio. Sin embargo, hay dos puntos a considerar:
- Reducción de los saldos en moneda extranjera: Entre diciembre de 2023 y diciembre de 2024, la proporción de activos y pasivos en moneda extranjera se ha reducido en más de $600$ millones de USD, lo que refleja una disminución en la exposición del sistema a esta categoría de activos. Esto está relacionado con el problema en la balanza de pagos y la falta de dólares en el mercado, lo que ha llevado a la banca a percibir menos ingresos en USD y a sufrir una mayor retirada de depósitos en moneda extranjera.
- Uso de activos en moneda extranjera como garantía: Aunque contablemente las entidades financieras presentan un calce de monedas adecuado, en la práctica muchos de estos activos han sido dados en garantía al Banco Central de Bolivia (BCB) a cambio de liquidez en moneda nacional para incentivar la colocación de créditos de vivienda social y productivos. Como resultado, estos activos no están disponibles para ser devueltos a los depositantes en caso de necesidad, lo que continúa generando tensiones en el sistema financiero.
Esto último se evidencia en la siguiente gráfica, donde se presentan exclusivamente los saldos en moneda extranjera:
Nótese que el grueso de los pasivos en moneda extranjera son obligaciones con el público (cajas de ahorro y cuentas corrientes) pero, en contrapartida, los activos en moneda extranjera se clasifican como inversiones permanentes y disponibilidades. En el primer caso, se trata de inversiones en los fondos de garantía para el impulso a créditos de vivienda social y productivos mientras que, en el segundo caso, se trata de dinero que las entidades tienen en sus cajas pero, también, que tienen encajado en el BCB para cumplir con la normativa de encaje legal.
Activos
Los activos de las entidades financieras incluyen el dinero en bóvedas y cajeros automáticos para operaciones diarias, los préstamos otorgados (cartera), las inversiones en instrumentos financieros, y los bienes inmobiliarios necesarios para operar. La cartera sigue siendo el componente más importante, pues es la principal fuente de ingresos para las entidades financieras. Su adecuada originación y gestión son clave para la estabilidad y rentabilidad del sistema.
En el contexto actual, marcado por la desaceleración económica y la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN), las entidades financieras han aumentado sus tenencias de efectivo, tanto en disponibilidades como en inversiones de corto plazo. Esto responde a la necesidad de contar con liquidez para afrontar posibles retiros inesperados de depósitos. En este sentido, la gestión de la liquidez se ha convertido en un tema prioritario que requiere monitoreo constante.
El gráfico muestra la evolución de los activos del sistema bancario desde diciembre de 2016 hasta diciembre de 2024. Se observa un crecimiento significativo, aunque con ciertas fluctuaciones. Un aspecto relevante es que, pese a la desaceleración económica, el sistema ha recuperado completamente el nivel de activos que tenía en diciembre de 2022, lo que sugiere que la salida del Banco Fassil ha sido completamente superada.
Visto por entidad:
Disponibilidades
Como menciona el Manual de Cuentas
para Entidades Financieras, las disponibilidades se definen como:
Representa el efectivo que mantiene la entidad en caja, los saldos a la vista en el Banco Central de Bolivia, en oficina matriz y sucursales del exterior, en bancos y corresponsales del país y del exterior; así como, la tenencia de metales preciosos. También representa la existencia de cheques, otros documentos mercantiles de cobro inmediato y órdenes electrónicas de pago pendientes de liquidación.
Se debe notar, y aunque su tratamiento está fuera del alcance de esta entrada, la normativa del encaje legal que establece el Banco Central de Bolivia (BCB) se aplica sobre los activos líquidos de las entidades financieras, por lo que éstas deben mantener (“encajar”) un porcentaje de los depósitos que reciben en cuentas del BCB. Esta regulación, por tanto, obliga a las entidades financieras a mantener un nivel mínimo de activos líquidos en sus balances proporcionales a la cantidad de depósitos que reciben.
Composición
Como se observa en el gráfico a continuación, las disponibilidades del sistema se han mantenido relativamente estables y en torno a los USD $5.000$ millones, de los cuales aproximadamente un $30\%$ se han mantenido en efectivo con el objetivo de mantener la operativa diaria (retiros, cajeros automáticos, etc.).
Visto por entidad:
Por moneda
Debido a la caída de las RIN antes mencionada y, como consecuencia, la escasez de divisa extranjera en la economía (cf. aquí) se esperaría que las disponibilidades en moneda extranjera se hayan reducido. Esto se observa en el gráfico a continuación:
Inversiones temporarias
De acuerdo al Manual de Cuentas
para Entidades Financieras de la ASFI, las inversiones temporarias son aquellas:
inversiones en depósitos en otras “entidades de intermediación financiera”, depósitos en el Banco Central de Bolivia y los valores representativos de deuda adquiridos por la entidad; inversiones que han sido realizadas, conforme a su política de inversiones, con la intención de obtener una adecuada rentabilidad de sus excedentes temporales de liquidez y que puedan ser convertidas en disponibilidades en un plazo no mayor a treinta (30) días.
A continuación se revisan con mayor detalle:
Composición
En el gráfico siguiente se muestra la composición de las inversiones temporarias a diciembre de cada año desde el 2016 hasta diciembre de 2024:
Como se puede observar, las inversiones temporarias se han mantenido en un promedio de USD $4.200$ millones, aproximadamente, aunque el 2024 han mostrado un incremento significativo respecto a su promedio de los últimos años. Se observa que, durante el 2024, se ha producido una mayor concentración de dichas inversiones en el BCB. Estas inversiones pueden ser “efectuadas en depósitos a plazo fijo, letras, bonos y otros títulos valores de deuda” y, como se indicaba previamente, parece que el BCB estaría ofreciendo mejores tasas de interés y a corto plazo, con lo cual las entidades de intermediación financiera estarían prefiriendo invertir en dichos titulos. En la imagen a continuación se muestran cuáles, concretamente, son las inversiones temporarias que se han incrementado en el 2024:
Como se puede observar, el BCB ha utilizado los distintos instrumentos a su disposición para absorber la liquidez del sistema financiero. Sin embargo, llaman la atención los instrumentos clasificados contablemente como “Reservas complementarias” y “Otros”, toda vez que no permiten distinguir realmente qué tipo de instrumentos son, sus características y, por tanto, su riesgo. Esto, eventualmente, puede generar un proceso de desintermediación financiera, pues las entidades de intermediación financiera prefieren invertir en títulos valores del BCB que en créditos a la economía real.
Visto a nivel de entidad se entiende que esto no es un proceso aislado, sino que el conjunto del sistema financiero ha adquirido estos instrumentos. En el gráfico siguiente se muestra la evolución de las inversiones temporarias por entidad y tipo de subcuenta:
Por moneda
Por otra parte, es interesante analizar las inversiones temporarias por tipo de moneda. En el gráfico siguiente se muestran dichas inversiones de manera diferenciada:
Nótese que, a lo largo del tiempo, las inversiones temporarias se han ido concentrando cada vez más en moneda nacional. Es particularmente interesante la caída de las operaciones restringidas en moneda extranjera que, desde el 2016 han pasado de ser la primer cuenta en importancia a una de las últimas.
Cartera
En esta sección se analizará el comportamiento de la cartera del sistema bancario boliviano. Se debe notar que la cartera es la fuente principal de los ingresos financieros y, sin duda, el principal activo de la banca boliviana.
Cartera por tipo de crédito
Una forma de analizar la cartera es por tipo de crédito. Como se observa en el gráfico siguiente, la cartera ha crecido de manera sostenida desde el 2016, aunque con una desaceleración en el 2022 y 2023, por la salida del Banco Fassil del sistema:
Crecimiento
Una primera pregunta es cómo ha sido el crecimiento de la cartera en los últimos años. Esto es importante en varios sentidos, debido a que tanto el exceso de crecimiento como la falta del mismo pueden ser considerados como síntomas de otro tipo de problemas. Por un lado, un rápido crecimiento puede ser señal de una expansión crediticia que, si no es bien gestionada, puede llevar a problemas de solvencia en el futuro. Por otro lado, un crecimiento lento puede ser señal de una contracción en la demada agregada que, a su vez, puede ser señal de problemas en la economía real.
En el gráfico siguiente, se observa el crecimiento interanual -mes actual respecto a igual mes del año anterior- de la cartera, exceptuando las previsiones y los cargos devengados por cobrar. Se observa, por ejemplo, la desaceleración en el crecimiento de la misma, que se ha estabilizado en torno al $5\%$ en el 2024, niveles ligeramente superiores a los observados durante el período de emergencia sanitaria:
Adicionalmente, se observa es que la cartera ha crecido fuertemente el segundo quinquenio del 2010 y llegó a su máximo crecimiento aproximadamente en marzo de 2011, fecha en la cual el crecimiento perdió impulso y, aunque se mantuvo en tasas positivas y de dos dígitos, se ha ido desacelerando en el tiempo.
Esto, aunque sugiere una desaceleración en la colocación de créditos, no necesariamente significa que a nivel individual los bancos están contrayendo la colocación. El problema es que, al salir el Banco Fassil en los inicios del 2023, el cálculo del crecimiento se realiza desde una base donde la entidad sí se contabilizaba en la cartera total. Sin embargo, como se ve a continuación, no todas las entidades del sistema bancario han mostrado una desaceleración en la colocación de créditos:
Del gráfico anterior se desprende que la cartera de créditos ha mostrado una importante desaceleración en la mayoría de las entidades, muchas de ellas incluso creciendo menos que en los primeros meses de pandemia. Esta situación debe monitorearse con especial atención, toda vez que refleja la desaceleración de la economía nacional y, por consiguiente, un menor dinamismo en la demanda de créditos.
Finalmente, en términos de saldos, el gráfico siguiente muestra el incremento mensual de la cartera:
Este gráfico muestra que la cartera de créditos, vista como flujo mes a mes, ha ido contrayendo su actividad en el tiempo, a pesar de que aún se expresa en dólares americanos al cambio oficial.
Crecimiento por tipo de crédito
Finalmente, en cuanto al crecimiento, es interesante ver cómo se comporta la cartera por tipo de crédito. En el gráfico siguiente se muestra el crecimiento interanual de la cartera por tipo de crédito:
Nótese que, al igual como ocurre con la cartera en términos agregados, los distintos tipos de créditos han perdido dinamismo, siendo las carteras Pyme y Empresarial las más afectadas, aunque han vuelto a mostrar crecimientos positivos en los últimos dos trimestres, luego de varios períodos contrayéndose en términos interanuales. Sin embargo, tambien se observa la desaceleración sistemática de la cartera hipotecaria y de consumo, lo que sugiere una pérdida de poder adquisitivo de la población, además de restricciones en el acceso al crédito1.
Mora
El índice de mora (o mora, como se la conoce coloquialmente) son todas las operaciones que tienen más de 30 días de incumplimiento en sus pagos como proporción del total de la cartera.
En el gráfico siguiente se muestra la evolución del índice de mora desde enero de 2003. Como se observa en la figura, el año 2003 la mora había alcanzado niveles máximos y en torno al 23% lo que sería suficiente como para declarar insolvente al sistema bancario. Se debe recordar que el contexto de la crisis de los 2000s fue especialmente compleja para la economía boliviana.
Posterior a ello, sin embargo, la mora se ha mantenido bajo control. Es así que el 2007 se vuelve a tener una indicador de un dígito y al 2013 se alcanza el mínimo de $1.55\%$. Luego de ello la mora ha ido subiendo de forma sistemática pero controlada en torno al $1.8\%$ hasta la pandemia, donde las medidas de refinanciación, prórroga y reprogramación del crédito hicieron que el indicador disminuya contablemente.
Luego de la pandemia, la mora ha vuelvo a crecer y la tendencia es marcadamente positiva, lo que plantea retos para las entidades y para la regulación y supervisión del sistema financiero. Por ejemplo, si nos enfocamos en los datos a partir del 2015:
Así, si esta situación no se controla, podría generar problemas de solvencia en el sistema financiero. Adicionalmente, en un contexto de incertidumbre macroeconómica, un indicador elevado que señale que la solvencia de alguna(s) entidad(es) financiera(s) está en riesgo, podría generar una corrida bancaria. Nótese que, para que esto ocura, no se necesita que la entidad sea insolvente, sino que los depositantes crean que lo es. Por lo tanto, es importante que las autoridades financieras monitoreen de cerca este indicador y tomen las medidas necesarias para evitar que la situación se agrave.
Nótese también que, si bien los últimos meses del año el indicador se mantuvo relativamente estable e incluso disminuyó, los problemas macroeconómicos como el desabastecimiento de diésel, la escasez de dólares (con el consiguiente aumento del tipo de cambio paralelo), los incendios forestales, entre otros, eventualmente podrían generar un incremento de la mora.
Finalmente, separando la mora entre aquella que se origina a partir de la cartera reprogramada y la que no, se observa que la mayor parte de la misma corresponde a la primera categoría, es decir, la cartera reprogramada es la que más problemas está generando a las entidades financieras:
Visto por entidad:
Complementariamente, podemos ver la mora por tipo de crédito, lo que permite identificar problemas en subsegmentos de los deudores del sistema bancario:
Nótese que, con excepción del crédito a Pymes, la mora se ha incrementado de forma importante en los distintos segmentos de la cartera, especialmente en crédito hipotecario, seguido del empresarial.
Finalmente, también se puede ver la mora por entidad y por tipo de crédito:
Cartera reprogramada
La cartera reprogramada, más propensa a caer en impago, se mantiene en torno al $15\%$ del total de la cartera y aunque algunas entidades han tratado de reducir la misma, otras han mantenido la política de reprogramaciones. Así, sigue siendo válido lo que indicaba el año pasado en otra entrada del blog, donde argumentaba que "[…] en años pasados, una operación se reprogramaba cuando el titular indicaba que, por alguna razón quizás coyuntural, no iba a poder hacer frente al pago de sus obligaciones. Caso por caso, las entidades decidían si modificaban el plan de pagos original ya sea reduciendo tasas, alargando plazos o reduciendo la cuota para evitar que la operación se deteriore en el tiempo. Sin embargo, dado que el cliente actualmente no puede pagar hace más riesgoso que lo pueda hacer en el futuro.".
En primer lugar, la cartera reprogramada ha ido disminuyendo en los últimos meses toda vez que parte de la cartera está madurando y, adicionalmente, que la cartera en general continúa creciendo:
Nótese que, el problema de la cartera reprogramada es que es más propensa a caer en mora, toda vez que ya ha dado indicios de dificultades para el pago. Asimismo, es importante monitorear no solo la cartera reprogramada con problemas sino la totalidad de la misma. En el siguiente gráfico se muestra, por ejemplo, la cartera reprogramada pero en millones de USD, diferenciando por el estado de la misma:
Concentración
Otro indicador importante es la concentración del crédito en el sistema bancario. En épocas de crisis, las entidades financieras suelen dejar de buscar nuevos clientes y, para crecer, aumentan el crédito a los clientes actuales. Esta situación conlleva el problema de que el acceso al crédito suele hacerse más complejo, toda vez que las entidades financieras se vuelven más conservadoras en la evaluación de riesgos, lo que suele estar asociado a menor ritmo de crecimiento económico:
Como se observa en el gráfico anterior, hay una ligera tendencia al alza en el monto promedio de crédito por prestatario, lo que puede ser un indicador de que las entidades financieras están concentrando su cartera en un menor número de prestatarios, sin embargo, la evidencia no parece conclusiva y se requiere de un análisis más detallado para determinar si efectivamente se está produciendo una concentración de la cartera.
Inversiones permanentes
El Manual de Cuentas
para Entidades Financieras establece que las inversiones permanentes:
Comprende los depósitos en entidades de intermediación financiera, depósitos en el Banco Central de Bolivia, valores representativos de deuda adquiridos por la entidad y certificados de deuda emitidos por el sector público no negociables en bolsa. Estas inversiones no son de fácil convertibilidad en disponibilidades o siendo de fácil liquidación, por decisión de la entidad y según su política de inversiones, se manifieste la intención de mantener la inversión por más de 30 días.
Composición
En el gráfico siguiente se observa la composición de dichas inversiones por tipo de cuenta:
Nótese que la mayor concentración se encuentra en la cuenta 167 que son las inversiones de disponibilidad restringida, que registra “inversiones en títulos valores emitidos por entidades nacionales o extranjeras […] que a la fecha de la información su disponibilidad esté restringida, debido a que sobre estos títulos se ha suscrito un contrato de venta con pacto de recompra, se los ha afectado al encaje adicional, se los ha dado en garantía […]”.
Visto por entidad:
Pasivos
Los pasivos representan una fuente de financiamiento de las entidades financieras y es parte vital para su buen funcionamiento. Los pasivos son las obligaciones (deuda) que los bancos tienen con el público (los depósitos), con las empresas (cuentas corrientes) y, también, con inversores institucionales.
En los últimos meses ha habido bastante especulación respecto a la capacidad de los bancos para devolver el dinero al público con lo cual parte de los usuarios se han aproximado a las entidades a pedir sus fondos de vuelta. Esto ha planteado retos a las entidades, pues han tenido que buscar, en muy corto plazo, fondos para devolver a los ahorristas.
En el siguiente gráfico se observa la evolución del pasivo del sistema bacario con corte a cada diciembre desde el 2015 y, adicionalmente, se muestra el último trimestre de información disponible.
Nótese que, a partir de diciembre de 2023, se observa un incremento en la cuenta 280 reservada para las empresas públicas. Esto se debe a la reclasificación contable desde las AFPs hacia la Gestora Pública que administran los fondos de pensiones. Como es evidente, casi el $40\%$ del fondeo de la banca se encuentra concentrado en una sola entidad, lo que plantea problemas en la gestión de la liquidez, toda vez que le otorga un poder de mercado significativo. Esta situación se revierte y se vuelve a la anterior clasificación contable, lo que se observa en el gráfico en junio de 2024.
Del gráfico anterior resalta que, durante el año, el pasivo del sistema bancario ha crecido más bien moderadamente: a razón de aproximadamente USD $93$ millones cada mes. Si los bancos no pueden captar fondos del público, entonces no pueden sostener la colocación de la cartera de créditos, principal negocio y fuente de ingresos. Las opciones que tienen, por tanto, son subir las tasas de interés para atraer depósitos o negociar directamente con la Gestora Pública para obtener liquidez, también subiendo tasas. De cualquier manera, debido a las tasas de vivienda social y crédito productivo que se encuentra fijas, subir tasas pasivas significará una reducción en la rentabilidad de los bancos.
Alternativamente, se puede reclasificar el pasivo y mostrarlo por tipo de depósito:
Del gráfico anterior podemos ver que las cuentas de ahorro han disminuido ligeramente respecto a diciembre del año pasado, mientras que los depósitos a plazo y las cuentas corrientes han crecido, las primeras de forma importante. Esta situación puede ocurrir por varios motivos. Por ejemplo, la banca podría estar negociando tanto con la Gestora o con grandes empresas para que mantengan sus saldos de tesorería en la banca. Esto solamente se lograría ofreciendo una tasa mayor, toda vez que la inflación y la falta de dólares en el sistema hacen que el boliviano pierda capacidad de compra en el tiempo. Así, la banca tendría que compensar a sus clientes para que éstos prefieran mantener sus saldos en la banca y no en otros activos que, dada la coyuntura, puedan cumplir mejor la función de depósito de valor.
Crecimiento
¿Cómo han evolucionado el pasivo del sistema bancario? De forma general, el pasivo de la banca ha seguido creciendo comparando cada mes con el mismo mes del año anterior, pero las tasas son decrecientes:
Este gráfico debe examinarse con cautela ya que, de la misma manera que en el caso de la cartera, luego de la liquidación del Banco Fassil, los datos de la base sobre la cual se calcula el crecimiento son mayores a los de los meses actuales, toda vez que la banca todavía no ha recuperado completamente el nivel de depósitos que tenía antes de la liquidación.
Viendo los datos de crecimiento interanual pero por entidad:
Del anterior gráfico se observa que, en general, las entidades están experimentando dificultades para atraer fondos y, aunque todavía se encuentran creciendo respecto al mes igual del año previo, los niveles de crecimiento son menores a los que se observaban en años anteriores.
Finalmente, también podemos ver el crecimiento interanual pero por tipo de depósito:
Salvo las cuentas corrientes que han mostrado un crecimiento importante luego de un período de decrecimiento de casi un año, el crecimiento de las cuentas de ahorro y plazo han mostrado una desaceleración en los últimos meses. Si bien no se puede entender con claridad si el comportamiento viene explicado por los movimientos del sector público (Gestora de Seguridad Social) o privado (empresas y público en general), lo cierto es que la banca está teniendo problemas para atraer fondos -sobre todo a plazo fijo- y, por tanto, para sostener el crecimiento de la cartera de créditos.
Estado de resultados
Finalmente, aunque no se entrará en el detalle, se presentan los resultados financieros para el sistema bancario boliviano con corte a septiembre para los tres últimos años:
Se observa, por ejemplo, que la magnitud del negocio ha crecido en los últimos años y que, a diciembre de 2024 el sistema bancario ha mostrado un resultado neto comparativamente mejor respecto a igual mes en años previos. Sin embargo, estos resultados deben ser tomados con cautela, puesto que se deben ajustar por inflación y por el tipo de cambio y compararse en función al capital (y riesgo) que se toma.
Dicho lo anterior, se observa un ligero movimiento en la fuente de ingresos, desde los financieros (cartera) a los operativos (comisiones) que tienen su correspondiente movimiento en los costos. Es más, en el caso de los ingresos y gastos operativos, si bien ambos crecen, los gastos lo hacen a un ritmo mayor.
Finalmente, una partida que ha mostrado una mejora es la de incobrabilidad, que hace referencia a la cartera que se ha provisionado y que no se espera recuperar. Esta partida ha disminuido en los últimos años, lo que podría ser un indicador de una mejora en la calidad de la cartera. Sin embargo, debido a las repogramaciones y refinanciamientos que se han hecho en los últimos años, esta partida podría estar subestimada.
Visto por entidad:
Rentabilidad
Otra forma de mirar los resultados es a través de la rentabilidad del sistema bancario, el cual compara los resultados de la gestión con el monto que los inversionistas han colocado en la bancae En este caso, se presenta el ROE (Return on Equity) para el sistema bancario boliviano para cada fin de gestión desde el 2016:
Lo que se observa es que, desde pandemia, el sistema bancario ha mostrado una rentabilidad positiva y creciente, sin embargo, todavía no alcanza los niveles pre-pandemia. Se debe indicar que una mayor rentabilidad no solo repercute en mayores dividendos para los accionistas, sino que genera -aunque no mecnánicamente- mayor capital que funciona tanto como un colchón para absorber pérdidas como para expandir la cartera de créditos. Por tanto, es importante que el sistema bancario mantenga una rentabilidad sostenida en el tiempo.
También se puede ver la rentabilidad por entidad, donde se obseva que esta es más bien heterogénea:
Conclusión
Bolivia continúa en una crisis en cámara lenta que se materializa, de a poco, en el sistema financiero y, en particular, bancario. Déficits gemelos (fiscal y externo), una inflación que se acelera y una alta conflictividad social que imposibilita la producción y, por ende, el crecimiento económico son los principales factores que golpean a la economía boliviana. Por su parte y en este contexto, en el sistema bancario se observa lo siguiente:
- Expansión del Balance: Crecimiento de USD 1.443 millones en 2024, destinados principalmente a fortalecer las disponibilidades en moneda nacional, seguido de la cartera de créditos. Por el lado del pasivo, el fondeo ha venido principalmente del crecimiento de las cajas de ahorro y no de los depósitos a plazo como en anteriores años.
- Crecimiento de la cartera: Aunque continúa expandiéndose, se desacelera al $5\%$ anual, con signos de menor dinamismo en los distintos tipos de créditos, particularmente en el de consumo e hipotecario.
- Mayor liquidez y dependencia del BCB: Aumentan la liquidez en general, habiendo un traspaso desde las inversiones temporarias hacia las disponibilidades. Por otra parte, dichas inversiones temporarias se han crecido considerablemente en posiciones con el BCB, lo que no necesiariamente es un buen indicio para la economía ni para el sistema en general.
- Depósitos estancados: Los depósitos siguen creciendo, pero se observa una pérdida en el dinamismo de los mismos.
- Mora y riesgo: La mora ha bajado en los últimos meses (hasta ubicarse en torno al $3.2\%$) pero todavía se mantiene alta respecto a su promedio de los últimos años y con tendencia al alza; además todavía el $15\%$ de la cartera está clasificada como reprogramada y es más propensa a impago.
- Rentabilidad en recuperación: La rentabilidad en términos de ROE se mantiene positiva y con tendencia al alza, pero aún por debajo de niveles pre-pandemia, con mayor peso de comisiones sobre ingresos financieros.
- Riesgos macroeconómicos: El déficit fiscal, la escasez de dólares y la inflación afectan a la estabilidad financiera, con riesgo de menor crédito a la economía real y mayor dependencia del BCB.
Por ejemplo, los bancos preferirían depositar en el Banco Central de Bolivia a corto plazo y con tasas en ascenso a prestar a tasas de interés “social” que no cubren el riesgo de inflación y, en el caso de las hipotecas, que se deben colocar a tasas fijas y a largo plazo. ↩︎